TEXTO DE POSICIONAMIENTO DE LA FERIA DE EDITORIALES
Y PROPAGANDA ANARQUISTA
Preámbulo (es decir, por qué decidimos organizar una feria de editoriales y propaganda anarquista)
La prensa anarquista está bajo ataque. Diferentes formas de represión se están implementando en contra de este importante instrumento de subversión. Procesos judiciales que parten de la redacción y edición de textos o panfletos “agitativos”, acusaciones de “terrorismo” por la distribución de periódicos y revistas anarquistas, además del cierre e incautación de imprentas…
Todo esto forma parte de un ataque, con un espectro más amplio, en contra el movimiento anarquista y se está desarrollando en donde el anarquismo combativo intenta salir del rincón de la contracultura alternativa (por muy radical que sea en los contenidos) buscando obstaculizar al aparato del dominio a través de la teoría revolucionaria. Este tipo de ataque es diferente a los que el movimiento anarquista está acostumbrado a recibir, porque daña los cimientos de su propagación, de su desarrollo y difusión de ideas destinadas a convertirse en acciones de ataque. Con vientos de guerra que soplan una vez más en suelo europeo y conflictos sociales que estallan en casi todas partes producto de las contradicciones propias del sistema capitalista, la necesidad del Poder es la de aplastar preventivamente cada voz que no se ajuste al movimiento en curso, voces que podrían sabotear el llamado al orden y al deber de los Estados.
Ante este inquietante escenario que nos atraviesa, como un deja-vù, no tenemos intención de resignarnos a seguir las proclamas de la real-politik más o menos anarquista, nosotrxs continuaremos a insistir en los caminos de la insubordinación. Para hacer esto, además de crear ocasiones de intercambio y circulación de nuestras publicaciones, creemos importante dedicarnos a construir espacios-momentos de debate lo más amplios posibles, para discutir bajo una perspectiva anarquista los cambios en el contexto que enfrentamos y transformarlos las mejores posibilidades de revuelta, de insurrección, de libertad.
Fotografía de la situación – contextualización como autocrítica (es decir, cómo la defensa contra los ataques represivos no puede ser la excusa para esconder mierda debajo de la alfombra)
Si cada situación en la que nos encontramos bajo ataque puede ser una oportunidad para reafirmar nuestros ideales y principios, no creemos que deba ser el pretexto para un “cierre acrítico de las filas” en nombre de una vaga y no especificada “Comunidad anarquista”. El anarquismo, tal como lo concebimos, es un magma en ebullición, una constelación de proyectos, un colorido lleno de tensiones. Eso continua a generar diversas tendencias, muchas veces por fracturas y terremotos internos, porque la pasión que nos anima no está acostumbrada a sentarse en las mesas del compromiso. Para no quedarse en letra muerta, las ideas necesitan plasmarse en cuerpos vivos y en ellos coagularse en principios éticos que guían la práctica y la acción. Así como no podemos permanecer en silencio ante lo que identificamos como injusticia, no podemos permanecer en silencio ante lo que consideramos la antítesis de aquellos principios tan queridos que nos animan. Callar sería como mirar para otro lado, sería como meter mierda bajo la alfombra. Guardar silencio sería complicidad.
En el territorio italiano nos enfrentamos, desde hace algunos años, a una serie de acontecimientos desagradables, que, como consecuencia, han dividido grupos y viejas relaciones de complicidad, así como también han provocado enfrentamientos, necesidad de posicionamientos y debates continuos. Esta situación tiene repercusiones negativas en nuestros proyectos y colectividades en lucha absorbiendo tiempo y energía. Para ser clarxs: estamos hablando de violencia de género en nuestros ambientes. Hablamos de machismo, egocentrismo, superhombrismo de la peor interpretación nietzscheana. Estamos hablando de cobardía, vulgar comodidad, miedo al juicio, falta de autocrítica y de humildad. Esto pasa dentro del movimiento anarquista italiano y, en consecuencia, también dentro de los proyectos editoriales.
La tendencia de las personas acusadas de agresión ha sido de enfrentar estas situaciones con el rechazo total de lo ocurrido, lo que ha provocado, en los últimos años, difícil la difusión de publicaciones anarquistas, además de la organización de ferias de editoriales. Con esta feria hemos decidido asumir la responsabilidad que implica estar juntxs y con este texto esperamos romper el velo del silencio que intenta ocultar lo podrido de nuestra casa en nombre de lo “más urgente”, lamentándose de las “infiltraciones feministas” y de la ” Americanización de las luchas”.
Para nosotrxs esto no significa tomar postura acrítica. No tenemos la verdad en el bolsillo, siempre nos hemos negado a tenerla. La reducción de las cuestiones de género a un choque entre polos opuestos (feminismo-antifeminismo) nos aleja de la posibilidad de liberación individual y colectiva que creemos no pueda prescindir de una crítica a la opresión patriarcal.
Abrir espacios de debate, dar visibilidad a temas abiertos, la discusión entre compañerxs, nos parece una buena respuesta frente al segregarismo y la indiferencia. La responsabilidad de la situación que estamos viviendo es, ciertamente, también colectiva.
Como movimiento anarquista que habita la península italiana, hemos ignorado durante demasiado tiempo las cuestiones relacionadas con la milenaria tradición patriarcal de nuestra sociedad. Quizás debido al predominio del análisis económico sobre la naturaleza de la opresión social, esta forma histórica de abuso no ha tenido mucho lugar dentro de nuestras demandas de liberación. En los últimos años, lamentablemente y casi siempre, a raíz de la violencia recibida por compañeras, que han tenido el coraje de hablar y de compañerxs que no permanecieron indiferentes, estos temas han irrumpido en nuestros ambientes. La falta de herramientas para abordar las discusiones que estos acontecimientos han generado, obviamente, mucho daño. Pagamos el precio de nuestra demora y nuestra superficialidad ante cuestiones tan complejas, y lo pagamos en la piel de nuestras compañeras. Es urgente encontrar un remedio, porque si afirmamos que la solidaridad entre lxs oprimidxs, el apoyo mutuo y las relaciones fuertes y sinceras entre compañerxs de lucha son nuestra respuesta a un mundo de segregación y opresión, entonces nuestra conciencia nos exige ser consecuentes. Porque hablamos de nuestras ideas, de nuestros valores. Porque hablamos de ética anarquista.
Ética anarquista, hablemos.
Para nosotrxs el tema es grave porque plantea preguntas profundas: ¿Qué tipo de relaciones queremos establecer entre compañerxs? ¿Cómo entendemos nuestros principios, el antiautoritarismo ante todo? ¿Cómo intentamos realizarlos en nuestros cotidianos? ¿Es la anarquía algo que relegamos al campo de los futuros posibles o es algo que intentamos vivir todos los días? A partir de las respuestas que cada unx da, creemos que se abren diversos caminos, que representan diferentes tendencias y proyectos, diferentes maneras de entenderse como anarquistas. Y estar de acuerdo o no en torno a estas preguntas y sus respuestas individuales es lo que establece uno de los parámetros básicos de organización entre anarquistas: la afinidad.
Lo repetimos: no estamos entre lxs que esperan la creación de un “movimiento anarquista fuerte” que sirva de faro para el proletariado. Creemos que esto llevaría a un inevitable aplanamiento de la diversidad, así como a dinámicas centralizadoras y a un actuar político que rechazamos. En cambio, la fermentación caótica de diferentes tensiones y proyectos representa para nosotrxs el mejor antídoto contra la cristalización del movimiento en organizaciones, estructuras y grupos reconocibles, que son por tanto necesariamente estables y en riesgo de “formalización”. La organización informal no es para nosotrxs una simple elección estratégica a aplicar en los diversos contextos de lucha, sino la base de nuestras relaciones entre compañerxs. La afinidad es, por tanto, el parámetro fundamental que guía nuestra vida. Desde el momento en que no separamos la lucha de la vida cotidiana, entendemos nuestra existencia como un conflicto continuo contra la sociedad de dominación y opresión en todos sus matices y variantes. Reconocernos como compañerxs significa, en consecuencia, compartir una cierta visión ética de la vida, derivada de nuestra definición específica de la anarquía.
Es por eso que cualquier intento de evadir o invisibilizar los temas de la violencia de género, de las dinámicas de poder que pueden tener lugar en nuestros entornos, de las múltiples formas de opresión que allí pueden manifestarse, nos congela la sangre. Porque de eso se trata del fundamento del nuestro estar y, sobre todo, del estar juntxs, del reconocernos como compañerxs en el devenir organizativo para derribar este mundo.
Por lo tanto, Cesura (no censura)
A esta feria hemos decidido no invitar a aquellos proyectos editoriales en los que participan personas que han sido acusadas de violencia de genero, de la que tenemos conocimiento, y que hasta la fecha no han demostrado ninguna asunción de responsabilidad por su comportamiento, así como aquellos grupos, proyectos o personas que los apoyan. Hemos decidido organizarnos en torno al principio de afinidad y reivindicamos esta elección. A quienes nos acusarán de exclusión les contestamos que nos parece lógico tomar distancia de aquellxs con quienes no sentimos tener bases éticas comunes y que queremos construir un espacio que reciba a las personas que han estado excluidas durante mucho tiempo como resultado de la elección de no querer abordar claramente algunos temas. Para quienes nos acusarán de censura: la censura es algo sistemático e implementado por instituciones totalizantes como el Estado. No impedimos que alguien que se organice para hacer circular textos por los canales que considere más adecuados lo haga, pero reivindicamos la libertad de elegir qué difundir dentro de nuestras actividades.
¿Y en la práctica?
Un problema al que nos enfrentamos estos días, si organizamos ferias editoriales o tenemos proyectos de distribución de textos anarquistas es: cómo abordar la difusión de libros -en algunos casos, incluso de cierta relevancia- que son editados y publicados por colectivos editoriales que mantienen relaciones de colaboración con personas acusadas de violencia de género. La cuestión está abierta y no es fácil de resolver, y nos invita a reflexionar sobre lo que significa una distribución anárquica para cada unx de nosotrxs. ¿Qué significado le damos a la difusión de nuestros contenidos y en qué medida estos contenidos pueden mantenerse separados de quienes los redactan o se ocupan de su publicación? No sólo eso: ¿en qué medida contribuye la distribución acrítica de determinadas ediciones a darles a ellas (y a las personas que participan en ellas), además del apoyo económico, cierta legitimidad, notoriedad y credibilidad en nuestros entornos? ¿O en contextos que ni siquiera son conscientes de estas situaciones?
Desde hace algún tiempo se debate si la distribución de libros de proyectos editoriales específicos es, en sí misma, una toma de posición. En las discusiones en las que hemos participado, debates que se han arraigado a algunos fundamentos comunes bastante sólidos, nos hemos encontrado con varios métodos de respuesta que se implementan para cortar o eludir el apoyo de cualquier entidad a determinadas ediciones.
Nos damos cuenta de que el tema es complejo y las formas de abordarlo son múltiples y también existen algunas por inventar, sin embargo, no esperamos ningún conformismo ni homogeneidad de comportamiento, por lo que no consideramos necesario invitar a las personas a ajustarse a las opciones ya adoptadas por algunos de los proyectos de distribución implicados. Seguimos abiertxs y curiosxs a los debates y discusiones durante la feria sobre la efectividad de los diferentes enfoques prácticos implementados sobre el tema, invitando a participar a cualquiera que comparta los supuestos básicos de este texto, anticipando que nuestro posicionamiento en este debate no supone la creación de espacios seguros, grupos de sensibilización o similares. El ambiente y la calidad de los intercambios que viviremos durante la feria serán responsabilidad de todxs y de cada unx.